Los abusadores sexuales de niños, ¿Son enfermos mentales?

Los abusadores sexuales de niños, ¿Son enfermos mentales?

Hoy en día hemos vistos muchos casos de abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes, siendo este un delito de gran magnitud, no obstante, la mayoría de los abusadores o pederastas son delincuentes seriales y rara vez padecen de problemas mentales.

El abuso sexual contra los niños, niñas y adolescentes es una problemática de salud pública que atañe a todos los países del mundo y se requiere de investigación judicial.

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Cabe señalar que la violencia sexual es la forma de maltrato infantil más traumático que tiene el menor donde le genera repercusiones a corto y largo plazo tanto para la víctima como para su familia y para la sociedad.

Hoy en día las legislaciones buscan la manera de detener estas agresiones sexuales, la cual, todavía sigue siendo una temática ignorada para las políticas públicas.

Aunque para el organismo internacional definen la violencia sexual como una forma de tortura, debido a las graves consecuencias que esta conducta tiene sobre las víctimas.

Este delito está siendo invisible para algunos paises y algunas de sus prácticas naturalizadas en el mundo. Donde alrededor del mundo 400 millones niños, niñas y adolescentes son explotados y abusados sexualmente por día.

La “maña” de los abusadores

Los pederastas son criminales seriales, es decir, no atacan solo a una víctima sino que a lo largo de su vida van diezmando la inocencia de los niños, niñas y adolescentes a los que logran agredir. También suelen se agredidos en línea, es decir, a través de plataformas digitales.

No se trata de enfermos mentales, aunque algunos lo sean, sino de personas comunes y corrientes que pueden establecer vínculos amorosos y laborales con otros adultos y que podemos conocer en el interior de las familias, de las instituciones, de los ámbitos laborales y eclesiásticos.

El pederasta es un criminal con método, llevan adelante una serie de pasos y planes para atrapar a la víctima infantil o adolescente en una compleja trama afectiva, de engaños y de ascendencia de autoridad, aprovechándose de su inocencia e indefensión y de diversas vulnerabilidades.

Estas acciones perversas tienen como objetivo para el agresor la satisfacción sexual, la pulsión de poder. El abusador suele ser alguien conocido o cercano a la víctima.

Se estima que el 70% de los abusadores son miembros de la familia, amigos, sacerdotes o personas a cargo del cuidado o educación de los niños, niñas y adolescentes. Más del 80% de ellos conviven con la víctima.

El abuso sexual es un problema que todos debemos hacer conciencia, de debatir y visibilizar esta acción perversas, para asi contribuir a su erradicación. A sí mismo, apoyar a los sobrevivientes exigiendo los espacios para su recuperación y reparación del crimen más atroz que pueda vivirse en la infancia.