El cambio climático pone en riesgo a más de 40 millones de personas en zonas costeras de América Latina y el Caribe
Un nuevo estudio de la agencia de salud sexual y reproductiva, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), ha revelado que los fenómenos meteorológicos extremos interrumpen la atención sanitaria y afectan desproporcionadamente a mujeres y niñas.
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En América Latina y el Caribe, casi 1500 hospitales especializados en salud materna y planificación familiar están situados en zonas costeras de baja altitud, propensas a riesgos naturales.
El análisis del UNFPA destaca que unos 41 millones de personas, que representan el 6% de la población de la región, viven en áreas costeras expuestas a tormentas e inundaciones peligrosas.
Utilizando imágenes de satélite, datos geoespaciales y estimaciones de población, la agencia identificó las comunidades costeras más vulnerables a huracanes y otras tormentas intensificadas por el cambio climático.
Las secuelas de estos fenómenos suelen causar inundaciones generalizadas que destruyen viviendas y negocios, interrumpiendo servicios esenciales como la atención sanitaria.
Las mujeres y niñas son las más afectadas, al ser desplazadas de sus comunidades y quedar sin acceso a servicios vitales de planificación familiar, partos seguros y protección contra la violencia de género.
El estudio muestra que 1448 hospitales esenciales para la salud materna y la planificación familiar están ubicados en zonas costeras de baja altitud, lo que los hace especialmente vulnerables a los desastres naturales. En países como Aruba, Islas Caimán, Surinam, Bahamas y Guyana, más del 80% de los hospitales se encuentran en estas zonas.
Otros países con un alto número de hospitales en áreas costeras bajas incluyen Brasil (519 hospitales, 7,2% de las instalaciones), México (159 hospitales, 5,4%), Haití (133 hospitales, 10%) y Ecuador (130 hospitales, 11,9%).
Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, subrayó; «El cambio climático afecta con mayor dureza a las mujeres y las niñas y exacerba las desigualdades existentes. Millones de mujeres y niñas pobres y vulnerables, que son las menos responsables de la crisis climática, pagan un alto precio cuando los desastres relacionados con el clima golpean y perturban los servicios esenciales de salud y protección, así como los medios de subsistencia.»
Este estudio pone de relieve la urgente necesidad de implementar medidas que fortalezcan la resiliencia de las infraestructuras sanitarias y protejan a las poblaciones más vulnerables frente a los impactos del cambio climático.