Hace millones de años atrás la Luna se alejó 20.000 kilómetros de nuestro planeta, lo que provocó que los días fueran más largos.
Una reciente investigación ha revelado que, en épocas pasadas, los días en la Tierra eran significativamente más largos de lo que se creía, proporcionando nuevas pistas sobre la dinámica histórica del sistema solar y el movimiento de rotación de nuestro planeta.
Actualmente, la rotación de la Tierra, que es el giro del planeta sobre su propio eje, dura 24 horas (1,440 minutos) y está influenciada por factores como los océanos, la atmósfera y el núcleo terrestre.
Sin embargo, los científicos han demostrado que esta rotación se ha desacelerado con el tiempo debido a la disipación de las fuerzas de marea, un fenómeno causado por las interacciones gravitacionales entre la Tierra, la Luna y el Sol. No obstante, hasta ahora no se había calculado de manera consistente la magnitud de esta variación.
Un reciente estudio publicado en la revista PNAS ha determinado la velocidad de rotación de la Tierra a lo largo de un período de 500 millones de años. Para ello, los investigadores combinaron datos geológicos que abarcan desde hace 650 hasta 280 millones de años con modelos que simulan las fuerzas de marea entre la Luna y la Tierra.
Los resultados muestran que la desaceleración de la rotación de la Tierra sigue un patrón en «escalera», con períodos de estabilidad seguidos de reducciones abruptas.
En particular, se identificaron dos periodos de estabilidad significativa: el primero, ocurrido hace entre 650 y 500 millones de años, coincidió con la explosión cámbrica, un evento que desencadenó una gran diversificación de la vida. El segundo periodo, entre 350 y 280 millones de años atrás, se alineó con la mayor extinción masiva conocida.
El estudio también reveló que durante el período analizado, los días en la Tierra duraron hasta 2.2 horas más de lo que duran actualmente. Además, se encontró que la Luna se ha alejado unos 20,000 kilómetros más de la Tierra en comparación con su posición actual, donde orbita a una distancia media de 384,400 kilómetros.
Los científicos concluyen que la disipación de las fuerzas de marea y la desaceleración de la rotación terrestre podrían haber jugado un papel crucial en la evolución de nuestro planeta.