Georgia amenaza con medidas diplomáticas contra la Unión Europea por interferencia en asuntos internos.
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, lanzó una advertencia a la Unión Europea (UE) exigiendo que cese su «injerencia» en los asuntos internos del país.
Esto ocurre tras las declaraciones del embajador de la UE en Georgia, Pavel Gerchinsky, quien criticó el estancamiento en la adhesión de Tiflis al bloque europeo y expresó apoyo a la oposición georgiana.
«Las autoridades georgianas tomarán medidas diplomáticas si el embajador de la UE, Gerchinsky, no deja de interferir en los asuntos internos del país y no cambia su retórica», afirmó Pavel Gerchinsky.
La tensión se intensificó luego de que Gerchinsky calificara como «triste» la decisión de Georgia de posponer su entrada a la UE. Estas palabras desencadenaron protestas violentas cerca del Parlamento georgiano.
Durante los disturbios, la policía detuvo a 43 manifestantes y reportó que 32 agentes resultaron heridos, 13 de ellos de gravedad. Las fuerzas antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma, mientras los manifestantes usaban cócteles molotov y levantaban barricadas.
La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, se unió simbólicamente a los manifestantes, lo que generó aún más controversia.
Esta crisis surge en un contexto de creciente distanciamiento entre Georgia y la UE. Las tensiones comenzaron tras las elecciones parlamentarias de 2023, cuyos resultados, favorables al partido oficialista Sueño Georgiano, fueron rechazados por la UE y la oposición, quienes exigieron nuevos comicios.
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Georgia obtuvo el estatus de país candidato a la UE en 2023, pero la relación entre ambas partes sigue marcada por desacuerdos políticos y diplomáticos.