Desde este 1° de octubre, Rusia asumió la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el máximo órgano encargado de velar por la paz y la seguridad internacionales.
La representación estará a cargo de Vasili Nebenzia, embajador permanente de Rusia ante la ONU, quien dirigirá las sesiones y definirá la agenda de trabajo durante el mes.
La presidencia del Consejo rota cada mes entre sus 15 miembros, cinco permanentes y diez no permanentes, siguiendo el orden alfabético en inglés. En septiembre correspondió a Corea del Sur, en noviembre será el turno de Sierra Leona.
La última vez que Moscú presidió el Consejo fue en julio de 2023, en medio de las tensiones globales derivadas de la guerra en Ucrania. Pese a las críticas por su papel en conflictos internacionales, Rusia mantiene este derecho como miembro permanente.
Actualmente, el Consejo está integrado por:
Miembros permanentes: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. Miembros no permanentes: Argelia, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Guyana, Pakistán, Panamá, Corea del Sur, Sierra Leona y Somalia.
Aunque se trata de un cargo mayormente administrativo, la presidencia otorga la posibilidad de marcar la agenda y dar prioridad a ciertos temas internacionales.
La inseguridad alimentaria en Afganistán sigue siendo un grave desafío, afectando este año a 12,4 millones de personas, según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU. La cifra podría aumentar a 14,8 millones en 2025 si no se toman medidas urgentes. La OCHA ha alertado que para el próximo año se necesitarán 2,420 millones de dólares para asistir a 16,8 millones de afganos afectados por la crisis humanitaria.
El informe también señala que el desempleo, la deuda familiar y la pobreza siguen siendo problemas generalizados, afectando a casi la mitad de la población. Además, los efectos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas y la sequía, agravarán aún más la situación en 2025.
La situación se ve empeorada por las restricciones impuestas por las autoridades, que han aumentado los riesgos de protección, especialmente para mujeres, niñas y otros grupos vulnerables.
En este contexto, el Ministerio de Economía de Afganistán ha subrayado la necesidad de levantar las sanciones económicas que pesan sobre el país. El portavoz del ministerio, Abdul Rahman Habib, indicó que estas sanciones obstaculizan el crecimiento económico y empeoran las condiciones de vida de los ciudadanos.
«El levantamiento de las sanciones y el apoyo internacional son clave para crear oportunidades de empleo y mejorar las condiciones de vida», afirmó Habib, haciendo un llamado a una mayor cooperación global para ayudar al país a superar la crisis y fomentar un desarrollo sostenible.
Un informe reciente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) revela que los niños están expuestos a mayores riesgos de trata de personas y violaciones graves en contextos de conflictos armados y transiciones.
Virginia Gamba, representante especial de la ONU para los Niños y los Conflictos Armados, explicó que la trata de menores interactúa con las seis violaciones graves reconocidas por la ONU, pero las respuestas legales y políticas suelen ser fragmentadas.
El informe analiza siete regiones afectadas por conflictos: Colombia, la región del lago Chad, Libia, Myanmar, Sudán del Sur, Siria y Ucrania. Entre las principales formas de trata de niños identificadas están la explotación sexual, el matrimonio infantil, el reclutamiento forzado para el combate y la esclavitud sexual.
El documento señala que las partes en conflicto emplean la trata como estrategia para controlar y aterrorizar a las comunidades, prolongando los conflictos.
Además, advierte que las violaciones graves, como la negación del acceso humanitario, hacen que los niños sean más vulnerables a ser víctimas de trata.
La ONU reconoce seis violaciones graves contra los niños en situaciones de conflicto: reclutamiento, asesinato, mutilación, violencia sexual, secuestro, ataques a escuelas y hospitales, y la negación de asistencia humanitaria.
Durante una reunión de alto nivel sobre el cambio climático, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamado urgente a reducir drásticamente las emisiones y adaptarse al aumento del nivel del mar. Guterres advirtió que 900 millones de personas en zonas costeras bajas están en riesgo de sufrir marejadas ciclónicas, erosión, inundaciones y pérdida de biodiversidad, lo que representa un claro ejemplo de injusticia climática.
El Secretario destacó que las naciones en desarrollo, como Bangladesh, Panamá y Senegal, son las más afectadas y que, sin una acción rápida, las consecuencias podrían ser devastadoras, incluso con la desaparición de islas enteras y comunidades costeras. Además, subrayó el impacto en el comercio mundial, la seguridad alimentaria y las cadenas de suministro.
Guterres urgió a los países del G20 a eliminar gradualmente los combustibles fósiles y pidió un aumento de la financiación para la adaptación climática, con especial énfasis en la próxima COP29 y el Fondo de Pérdidas y Daños.
Según al Organización de las Naciones Unidas, ONU, la mayoría de la población de Gaza ha sido desplazada a otros países, y más del 85% del territorio está bajo órdenes de evacuación emitidas por el ejército israelí.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó que 2,2 millones de palestinos en Gaza, están bajo asedio hace casi un año, y necesitan ayuda urgente para subsistir.
Las órdenes de evacuación están dificultando la entrega de ayuda, según el PMA, que reiteró el llamado a un alto el fuego inmediato. Víctor Aguayo, de UNICEF, advirtió que Gaza enfrenta una de las peores crisis alimentarias y nutricionales de la historia.
El conflicto y las restricciones humanitarias han provocado el colapso de los sistemas de salud, alimentación y protección, con consecuencias catastróficas. Además, gran parte de las tierras agrícolas ha sido destruida por los ataques israelíes, aumentando el riesgo de hambruna.
Según UNICEF, «Gaza está cerca de cumplir las condiciones técnicas para declarar hambruna: un 20% de hogares sin alimentos, desnutrición severa en niños y muertes diarias por hambre«.
Desde el 7 de octubre, los ataques israelíes han dejado al menos 40,988 muertos y 94,825 heridos, con muchos más aún desaparecidos entre los escombros, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha solicitado un alto el fuego inmediato en Gaza, luego de lograr avances significativos en la vacunación contra la polio que ha beneficiado a más de 187 mil niños menores de 10 años.
Philippe Lazzarini, comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), expresó optimismo sobre la campaña de vacunación iniciada el domingo en el enclave, gracias a pausas acordadas de ocho horas durante tres días entre Israel y Hamas. La campaña se expandirá al sur y norte de Gaza.
Sin embargo, Lazzarini subrayó la urgencia de detener los combates para abordar la grave crisis humanitaria que enfrentan los civiles después de casi once meses de ofensiva israelí.
«Mientras estas ‘pausas’ en la vacunación contra la polio dan un respiro a la población, lo que se necesita urgentemente es un alto el fuego permanente, la liberación de todos los rehenes y un flujo constante de suministros humanitarios, incluyendo medicamentos y artículos de higiene», escribió en redes sociales.
A pesar de las pausas, los bombardeos israelíes, las operaciones terrestres y los combates intensos continúan en múltiples zonas, provocando más víctimas civiles, desplazamientos y la destrucción de viviendas y otras infraestructuras civiles, advirtió la ONU el martes.
Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, António Guterres, denunció la continua destrucción de instalaciones de agua y saneamiento, así como las restricciones de acceso y limitaciones a recursos esenciales.
«Familias continúan huyendo y se encuentran en áreas superpobladas con condiciones de vida inhumanas. La falta de agua potable, instalaciones sanitarias y artículos básicos de higiene agrava la propagación de enfermedades», dijo a la prensa.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también informó sobre los preparativos para la temporada de lluvias, que amenaza a más de un tercio de la población en áreas propensas a inundaciones en toda la Franja de Gaza. Las autoridades locales y asociados humanitarios expresaron preocupación por las inundaciones que podrían afectar tiendas de campaña a lo largo de la playa y dañar redes de agua pluvial y alcantarillado, aumentando la vulnerabilidad de la población.
El incremento de la inseguridad alimentaria a nivel global durante el año 2023 fue notable, según reveló un informe presentado por la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria (FSIN), una agencia de las Naciones Unidas.
Se estima que aproximadamente 282 millones de personas padecieron hambre aguda debido a conflictos y otros factores, siendo particularmente impactadas en áreas como Gaza y Sudán.
Este estudio, que evalúa la situación de crisis alimentarias a nivel mundial, alertó sobre el agravamiento de la inseguridad alimentaria como consecuencia de fenómenos climáticos extremos y crisis económicas.
En comparación con el año 2022, se registró un incremento de 24 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda.
El panorama presentado en el informe fue descrito como «sombrío» para el año en cuestión, siendo elaborado por una alianza internacional que incluye agencias de la ONU, la Unión Europea y diversos organismos gubernamentales y no gubernamentales.
Se destacó que el 2023 marcó el quinto año consecutivo de aumento en la cantidad de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda, independientemente de las causas o la duración.
Este aumento significativo se atribuyó en gran medida a la ampliación de la cobertura geográfica del informe, así como al deterioro de las condiciones en 12 países.
Se observó un aumento en «shocks» nuevos o intensificados en diversas áreas geográficas, con un marcado deterioro en lugares clave como Sudán y la Franja de Gaza.
La subdirectora de la oficina de emergencias de la FAO, Fleur Wouterse, señaló: «Aproximadamente 700,000 personas, incluidas 600,000 en Gaza, estuvieron al borde de la hambruna en el año 2023. Estas cifras han aumentado aún más desde entonces, alcanzando los 1.1 millones en Gaza».
Desde el primer informe de la Red Mundial de Crisis Alimentaria en 2016, el número de personas en situación de inseguridad alimentaria ha aumentado de 108 millones a 282 millones, según indicó Wouterse.
Asimismo, la proporción de la población afectada en las zonas de crisis se ha duplicado del 11% al 22%.
Importantes crisis alimentarias prolongadas se están produciendo en países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Siria y Yemen. Wouterse destacó que los avances para el año 2024 dependerán del cese de las hostilidades, subrayando la importancia de la ayuda humanitaria para aliviar la crisis en áreas como Gaza o Sudán, una vez que se garantice el acceso humanitario.
El informe también advierte sobre la posibilidad de una grave sequía en África occidental y meridional debido al fenómeno meteorológico de El Niño.
Las situaciones de conflicto o inseguridad se han convertido en la principal causa del hambre aguda en 20 países o territorios, afectando a 135 millones de personas según lo revelado por el informe de la FSIN.
La ONU está tomando medidas significativas para abordar la crisis humanitaria y la violencia en curso en Haití, incluida la construcción de un puente aéreo para llevar ayuda humanitaria al pueblo Haitiano.
La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh) ha anunciado esta iniciativa en respuesta al creciente desafío logístico para el transporte dentro y fuera del país.
Según la Binuh, este puente aéreo garantizará la entrega fluida de ayuda humanitaria y servicios de apoyo a Haití, al tiempo que facilitará el movimiento seguro del personal de la ONU dentro y fuera del país.
Aunque parte del personal internacional está siendo reubicado, la Binuh reafirma su compromiso de continuar brindando apoyo al pueblo haitiano, con un enfoque en la seguridad de su personal local.
La decisión de reducir la presencia de personal no esencial en Haití debido a la volátil situación de seguridad subraya los desafíos que enfrenta el país. A pesar de esta medida, la ONU enfatiza que seguirá operando en Haití, priorizando las actividades humanitarias y de crisis que salvan vidas.
Desde finales de febrero, Haití ha experimentado un aumento en la violencia perpetrada por bandas armadas, que han atacado instituciones, empresas y cárceles, provocando la fuga de miles de presos, incluidos líderes de pandillas.
La escalada de violencia ha generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional, lo que ha llevado a la implementación de medidas de seguridad, como el estado de emergencia y el toque de queda en el departamento del Oeste, donde se encuentra la capital, Puerto Príncipe.
En medio de estos desafíos, Haití se encuentra en un proceso de transición política, con la formación de un consejo presidencial de transición y la selección de un nuevo primer ministro tras la dimisión de Ariel Henry.
Además, el país está a la espera del despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad liderada por la ONU.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU advirtió que una cuarta parte de la población de la Franja de Gaza, se encuentran a un paso de la hambruna.
La ONU advirtió el martes que la hambruna es inminente en el norte de la Franja de Gaza debido a la falta de ayuda humanitaria y los ataques israelíes contra el territorio palestino.
«Si nada cambia, una hambruna es inminente en el norte de Gaza», dijo el director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Carl Skau, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Food insecurity, rampant disease, a lack of clean water, and minimal health services are increasing the risk of child malnutrition in #Gaza.
Without more humanitarian assistance, the lives of children, pregnant women and young mothers are at risk. pic.twitter.com/21lOwiT1XX
Por su parte el director de coordinación de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, Ramesh Rajasingham también afirmó que era «casi inevitable» una hambruna en la zona, donde ninguna organización humanitaria ha estado en capacidad de proveer ayuda desde el 23 de enero.
Ramesh Rajasingham señaló que al menos 576.000 personas en la Franja de Gaza, una cuarta parte de la población del territorio de la Franja de Gaza, se encuentran a un paso de la hambruna.
«Muy poco será posible mientras continúen las hostilidades y mientras exista el riesgo de que se extiendan a las zonas superpobladas del sur de Gaza. Por tanto, reiteramos nuestro llamamiento al alto el fuego», dijo Rajasingham ante el Consejo de Seguridad.
De acuerdo al director general adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) alrededor del 97 por ciento del agua en la Franja de Gaza se ha reportado como «no apta para el consumo humano» y la producción agrícola está comenzando a colapsar.