Baltazar Lemos, un brasileño de 60 años, fingió su propia muerte y organizó su velatorio para “hacer un experimento”.
El hombre, que se encargaba de planificar todo tipo de ceremonias, sentía curiosidad por saber quiénes acudirían realmente a su entierro, por lo que fingió su fallecimiento y lo anunció en redes sociales.
Para hacerlo todo más realista, el planificador de eventos se tomó una fotografía delante del hospital Einstein de Sao Paulo, dando a entender que había sido ingresado allí. No avisó a nadie que todo era una farsa, ni siquiera su mamá sabía que fingiría su muerte.
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Algunos de sus familiares comenzaron a sospechar que todo era una broma, al no tener información del fallecimiento de Baltazar en el hospital, la funeraria, ni en la policía local.
Los amigos y familiares acudieron sin pensarlo al lugar de la vela, con el asombro de ver al hombre “vivito y coleando”.
La bromita causó indignación a tal punto que según indican los asistentes, alguien cacheteó al hombre. Sin embargo, pese a todo se justificó diciendo que de las casi mil despedidas de seres muertos que ha hecho en los últimos años, quería ver cómo era la suya.
«Llevo 5 meses pensando en ello. Celebro mi 60 cumpleaños. He hecho 889 ceremonias de despedida en estos 2 últimos años y en algunas ceremonias había 2 personas, en otras había 500 personas. Quería saber quién venía al mío», explicó.