Por falta de información y por muchos mitos, los varones no se realizan los exámenes de la próstata, sabiendo que se puede prevenir un cáncer, solo el 60 por ciento de los enfermos llegan a los servicios médicos ya en etapas avanzadas.
La próstata es una glándula pequeña en los hombres. Es parte del sistema reproductor del hombre. La próstata es casi del tamaño y forma de una nuez. Está ubicada abajo en la pelvis, debajo de la vejiga y casi enfrente del recto.
Existen seis tipos de exámenes que se pueden hacer para revisar la próstata:
- PSA (Análisis del antígeno prostático específico): Es la medición en la sangre de la cantidad de la proteína del antígeno prostático.
- Tacto rectal: Dura entre 10 y 20 segundos y no duele, aunque pueda resultar incómodo. Se realiza para detectar el crecimiento y/o endurecimiento de la glándula.
- Ultrasonido: También sirve para saber si la próstata ha cambiado de tamaño y se hace introduciendo un pequeño transductor por el ano.
- Medición del chorro de la orina: Es cuando el médico observa la fuerza, la frecuencia y la potencia del chorro de la orina.
- Examen de orina general: La muestra de orina es enviada al laboratorio para identificar posibles infecciones.
- Biopsia: Es el examen más preciso y consiste en tomar una pequeña muestra de la próstata y enviarla al laboratorio para analizarla en búsqueda de células cancerígenas.
MITOS:
- El tacto rectal no es necesario, los exámenes de imágenes detectan el cáncer.
- Es una enfermedad de hombres muy mayores.
- Si no tienes síntomas, no lo tienes.
Hoy en día los hombres todavía se resisten y tienen falsas creencias en torno al tacto rectal y prefieren no acudir con el médico urólogo para realizarse esa revisión.
El tacto rectal sirve para saber el tamaño prostático, porque eso también orienta a no sólo si el paciente tiene o no tiene cáncer, sino también a si tiene la otra clásica enfermedad del hombre que es la hiperplasia prostática benigna, que produce síntomas urinarios.