Organizaciones sindicales y movimientos sociales en Panamá alertaron sobre la necesidad de unidad y paz ante la situación actual del país.
Estos movimientos, protestaron frente a la Asamblea Nacional contra el proyecto de reformas a la Caja del Seguro Social (CSS) y las amenazas del expresidente estadounidense Donald Trump.
La Alianza Pueblo Unido por la Vida anunció que las manifestaciones continuarán en distintos puntos del país y convocó a una marcha nacional el 20 de marzo. Exigen la suspensión del proyecto de reforma a la CSS, el freno a la reapertura de la mina, la cancelación del embalse del Río Indio y el rechazo al alza del pasaje del metro.
Además, criticaron al presidente José Mulino por enfrentar solo las presiones de Trump y pidieron una estrategia conjunta con otros países afectados.
El presidente Donald Trump planteó la posibilidad de que Estados Unidos pague a otros países para encarcelar a delincuentes estadounidenses reincidentes, describiendo la idea como una forma de reducir costos durante una conferencia de los republicanos de la Cámara de Representantes en Miami.
«Si han sido arrestados múltiples veces, son delincuentes reincidentes en muchos aspectos, quiero sacarlos de nuestro país», declaró Trump. «Espero que podamos obtener la aprobación para deportarlos, junto con otros, a países extranjeros donde puedan ser mantenidos por una tarifa mínima».
Trump señaló que esta medida permitiría al Gobierno federal evitar los altos costos asociados con las cárceles estadounidenses y las prisiones privadas, que según él, «cuestan una fortuna». Aclaró que esta propuesta es independiente de los esfuerzos actuales para deportar inmigrantes indocumentados con historial criminal en Estados Unidos.
La idea evoca prácticas históricas como el envío de convictos por parte de Gran Bretaña a las colonias americanas en el siglo XVIII, una práctica que finalizó con la Revolución Americana y llevó al establecimiento de colonias penales en Australia.
Esta propuesta de reforma penal, surge en medio de los esfuerzos agresivos de la Administración para recortar el presupuesto federal. El recién formado «Departamento de Eficiencia Gubernamental», liderado por Elon Musk, ha reportado ahorros significativos mediante la reducción de programas y contratos gubernamentales.
El Papa Francisco critica el plan migratorio de Donald Trump y aboga por la inclusión en Italia.
El Papa Francisco calificó como “una vergüenza” el plan migratorio de Donald Trump, que contempla la expulsión masiva de migrantes indocumentados de Estados Unidos.
En declaraciones a un programa de la televisión italiana, el sumo pontífice expresó su preocupación por el impacto de estas políticas en los más vulnerables.
“Hace que los pobres desgraciados, que no tienen la culpa, paguen la factura de la desigualdad”,afirmó el Papa, refiriéndose a las consecuencias de las deportaciones masivas, una de las principales promesas de campaña de Trump, quien asumirá la presidencia.
Por otro lado, al abordar la situación migratoria en Italia, donde la población enfrenta un envejecimiento acelerado con una edad media de 46 años, el Papa instó a las autoridades a ser más abiertas con los inmigrantes.
“Italia no tiene hijos, por lo que debe dejar entrar a los inmigrantes”, subrayó, destacando la importancia de la inclusión para enfrentar los desafíos demográficos.
Estas declaraciones reflejan la postura del pontífice en favor de los derechos de los migrantes y su llamado a construir sociedades más justas y solidarias.
El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, respondió al mandatario panameño José Raúl Mulino, quien afirmó que «cada metro cuadrado del canal de Panamá pertenece a su país».
Trump reaccionó con un mensaje en redes sociales: «Ya lo veremos», acompañado de una foto de la bandera estadounidense ondeando con la frase «Bienvenido al canal de Estados Unidos».
La disputa escaló tras las declaraciones de Trump, amenazando con retomar el control del canal y acusando a Panamá de imponer tarifas excesivas.
Mulino respondió destacando los Tratados Torrijos-Carter de 1977, que reconocieron la soberanía panameña sobre el canal y culminaron con su entrega definitiva el 31 de diciembre de 1999.
El día del asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas -la mayoría simpatizantes de Trump- marcharon hacia la sede del Congreso e intentaron interrumpir la certificación del resultado electoral de noviembre de 2020.
El expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump (2017-2021), se declaró este jueves no culpable de los cargos presentados en su contra en la nueva acusación por el caso del asalto al Capitolio de enero de 2021 y sus intentos por revertir los resultados de las anteriores presidenciales.
Trump hizo llegar esa afirmación a través de sus abogados, tras haber avanzado el martes que se acogía a su derecho a no estar presente en la lectura de los cargos en el Tribunal de Distrito de Columbia, en Washington DC.
Los fiscales y los abogados defensores están muy enfrentados sobre los pasos a seguir en el caso después de que el Tribunal Supremo redujera el alcance de la acusación al dictaminar que los expresidentes tienen derecho a una amplia inmunidad frente a cargos penales.
Las propuestas enfrentadas y los tensos intercambios en la sala reflejaron hasta qué punto la opinión de julio de los jueces había trastocado el camino del caso que acusa a Trump de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 en el período previo a los disturbios del Capitolio el 6 de enero de 2021.
El equipo del abogado especial Jack Smith presentó una acusación revisada la semana pasada para eliminar ciertas acusaciones contra Trump por las que el Tribunal Supremo dijo que el candidato republicano a la presidencia gozaba de inmunidad. Los abogados defensores, sin embargo, creen que esa acusación no cumplía plenamente con el fallo de los jueces.
Lauro dijo a la jueza federal de distrito Tanya Chutkan que la opinión del Tribunal Supremo requería el sobreseimiento total del caso, una postura que la jueza dejó claro que no aceptaba. Se quejó de que los fiscales estaban mostrando una «prisa por juzgar» con sus planes de presentar pronto documentos judiciales explicando por qué las acusaciones restantes deberían permanecer intactas.
El fiscal especial a cargo de la investigación a Trump en el caso del asalto al Capitolio, Jack Smith, presentó el 27 de agosto una nueva acta de acusación manteniendo los cuatro cargos anteriores en su contra, como el de conspiración para obstruir un procedimiento oficial, pero rebajando las alegaciones para ajustarse al dictamen del Supremo sobre la inmunidad de sus actos como mandatario.
El 1 de julio, la máxima corte concedió a Trump una inmunidad parcial. Concluyó que «un expresidente tiene derecho a inmunidad absoluta frente a un proceso penal por acciones dentro de su autoridad constitucional», pero estableció que «no hay inmunidad para actos no oficiales».
La audiencia de este jueves fue la primera que reunió a la acusación y a la defensa tras ese dictamen.
El día del asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas -la mayoría simpatizantes de Trump- marcharon hacia la sede del Congreso y unas 800 irrumpieron en el edificio mientras se estaba certificando la victoria del demócrata Joe Biden en esos comicios. Hubo cinco muertos y cerca de 140 agentes heridos.
En la convención republicana de Milwaukee, pese a una apariencia de unidad, quedaron al descubierto profundas divisiones dentro del Partido Republicano.
Figuras influyentes como George W. Bush, Dick Cheney, Mitt Romney y Mike Pence estuvieron notablemente ausentes, lo que subraya la creciente resistencia contra Donald Trump dentro de su propio partido.
Mientras tanto, los demócratas aprovecharon su convención para dar voz a republicanos que respaldan a Kamala Harris, resaltando las fracturas en el bloque republicano.
El rechazo hacia Trump no es un fenómeno aislado. Más de 200 exfuncionarios y empleados de administraciones republicanas anteriores, así como abogados de alto perfil, consideran a Trump una amenaza populista para la democracia.
En un intento por consolidar su base, el expresidente ha buscado el apoyo de demócratas renegados como Robert F. Kennedy Jr. y Tulsi Gabbard, pero las divisiones dentro del Partido Republicano son más profundas y reflejan una ruptura con el conservadurismo tradicional.
Desde su candidatura en 2015, Trump ha transformado radicalmente al Partido Republicano, utilizando tácticas agresivas para derrotar a figuras como Ted Cruz, Marco Rubio y Jeb Bush. Sin embargo, estas estrategias han dejado cicatrices, especialmente con figuras como John McCain y Mitt Romney, que continúan resistiéndose a su liderazgo.
En la convención demócrata, republicanos prominentes como John Giles, alcalde de Mesa, Arizona, y admirador de John McCain, describieron al Partido Republicano bajo Trump como una «secta» secuestrada por extremistas.
Ana Navarro comparó al expresidente con dictadores latinoamericanos, y Stephanie Grisham, exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, lo criticó por su falta de empatía y moral.
El excongresista Adam Kinzinger, quien rompió con Trump tras el asalto al Capitolio, fue uno de los más duros en su crítica, describiendo a Trump como un «hombre débil que pretende ser fuerte».
Kinzinger hizo un llamado a priorizar el país sobre los intereses partidistas, subrayando la importancia de proteger la democracia.
Un número creciente de republicanos prominentes, incluidos abogados que sirvieron en administraciones anteriores, han expresado su rechazo a Trump y su apoyo a Kamala Harris.
En una carta abierta, varios de ellos advirtieron que un regreso de Trump a la presidencia sería una amenaza para la democracia y el Estado de derecho en Estados Unidos.
El expresidente de Estados Unidos y futuro candidato republicano Donald Trump predijo este sábado que habrá un «baño de sangre», pero no ha especificado a qué se refería, lo que ha generado una enorme polémica a nivel mundial. Ha hecho estas declaraciones cuando se ha referido a los desafíos que enfrenta la industria automotriz estadounidense. Asimismo, Trump ha vuelto a cargar contra los migrantes tildándoles de «criminales»: «No sé si se les puede llamar persona».
Lo hizo en un mitin en Ohio, el primero que ofrece desde que el martes logró los números necesarios para convertirse en el candidato republicano a la Casa Blanca. Sobre el baño de sangre, el magnate neoyorquino no aclaró a qué se refería con esas palabras, que pronunció mientras prometía medidas proteccionistas para los vehículos fabricados en Estados Unidos. Un discurso lleno de polémica en el que señala que si no gana las elecciones, no habrá otras: «Si no ganamos estas elecciones, no creo que haya otras elecciones en este país».
Trump, que nunca ha reconocido su derrota contra Biden en las presidenciales de 2020, está imputado por haber intentado revertir los resultados electorales de hace cuatro años y haber instigado el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Durante su discurso en Ohio, el republicano calificó de «rehenes» a los detenidos por atacar el Congreso y prometió que los indultará si consigue volver a la Casa Blanca.
También repitió su retórica insultante hacia los inmigrantes, a los que llamó «criminales» e incluso puso en cuestión que sean «personas». «No sé si se les puede llamar personas. Opino que en algunos casos no son personas, pero no puedo decir esto», ha expresado.
El gabinete de Trump aclara la polémica sobre el «baño de sangre»
Tras su intervención en el mitin, se generó una enorme polémica a nivel mundial. Donald Trump aseguró que habría un «blood bath» (baño de sangre) si no ganaba las elecciones. Esto llevó a la traducción literal del término, y, por tanto, se describió como un «baño de sangre».
Al enterarse de la polémica, el gabinete de Trump aclaró el asunto. Especificaron que el término se puede traducir también por «sangría», que era la referencia que hizo Trump sobre la economía estadounidense si Joe Biden revalida su puesto en la presidencia estadounidense.
La respuesta de Trump
La campaña de Biden respondió en un comunicado en el que calificó a Trump de «perdedor» y lo acusó de querer repetir el asalto al Capitolio. «El pueblo estadounidense le va a propinar otra derrota electoral este noviembre porque sigue rechazando su extremismo, su afición por la violencia y su sed de venganza», relata el mensaje de los demócratas.
En un hecho histórico para la política estadounidense, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrentará una nueva acusación este jueves, relacionada con su presunta participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Esta será la tercera causa judicial en la que se encuentra involucrado, mientras aún se posiciona como el favorito para la nominación del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de 2024.
El fiscal especial, Jack Smith, es quien ha presentado la acusación formal contra Trump, alegando que el exmandatario intentó socavar los cimientos de la democracia estadounidense al conspirar para alterar el conteo de votos en las elecciones presidenciales de 2020. Los cargos presentados incluyen conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, conspiración contra los derechos y obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial.
El pasado martes, Donald Trump fue notificado sobre la nueva acusación, y en respuesta, el expresidente arremetió contra el fiscal Smith, acusándolo de intentar sacarlo de la carrera por la Presidencia. Trump hizo estas declaraciones a través de su plataforma Truth Social, donde aseguró que la acusación es falsa y parte de una estrategia para interferir en las elecciones presidenciales de 2024.
Es importante destacar que esta es la primera vez que se habla de acciones llevadas a cabo por Trump durante su periodo como presidente en las acusaciones que enfrenta. Las otras dos inculpaciones se refieren a un caso de fraude contable relacionado con el pago de dinero a una actriz de cine para adultos con el fin de comprar su silencio, así como al mal manejo de documentosconfidenciales. Ambos casos ocurrieron antes y después de su administración.
A pesar de los graves líos legales que enfrenta, Donald Trump mantiene una abultada ventaja en las encuestas internas del Partido Republicano. Según un sondeo del New York Times, el expresidente cuenta con un impresionante 54% de apoyo entre los republicanos, mientras que su rival más cercano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, obtiene solo un 17% de apoyo. Los demás candidatos no logran superar el 3% de popularidad.
El caso del asalto al Capitolio representa un capítulo relevante en la trayectoria política de Donald Trump, quien enfrenta una serie de desafíos legales mientras continúa siendo un candidato potente en las aspiraciones presidenciales de 2024. La sociedad estadounidense se mantiene expectante ante los resultados judiciales que puedan cambiar el curso de la política en el país.
La Organización Trump tendrá que pagar una multa por $1.6 millones ante los 17 cargos de fraude fiscal, que fue encontrada culpable por un jurado el mes pasado.
En su defensa el expresidente estadounidense a manifestado que este al igual que cualquier proceso contra él y su familia unicamente consiste en una «Cacería de Brujas», también informó que los abogados de su compañía apelarian al veredicto.
Trump
Trump afirmó desconocer que sus ejecutivos evadieran impuestos ya que él ni sus hijos dirigen ni promueven la organización.
Allen Weisselberg
El único ejecutivo que esta siendo procesado es el contador de Trump Allen Weisselberg, quien se declaró culpable de evadir impuestos por $1.7 millones y sentenciado a 5 meses de cárcel.
Se cree que Weisselberg se inculpó por todos los delitos por la confianza y amistad que existe entre el y la familia Trump, ya que este y su familia gozaban de previligios por parte de estos, como un apartamento gratuito en un edificio de la marca Trump en Manhattan con vista al río Hudson, él y su esposa conducían autos de marcas reconocidas como Mercedes-Benz los que erán alquilados por la empresa, además que sus nietos fueron a escuelas privadas y exclusivas y quién pago la matrícula de estas fue Trump.
La Batalla sigue
Letitia James, Fiscal General de Nueva York, esta demandando a Trump y a su organización por supuesto engaños a bancos sobre el valor de sus activos.
La fiscal pide al tribunal que le prohíba a la familia Trump dirigir cualquier empresa con sede en Nueva York y busca una multa de al menos $250 millones.
Ya hay una fecha prevista para iniciar este juicio y será en octubre, pero el juez nombró un supervisor para la compañía.
El expresidente estadounidense Donald Trump sugirió en 2017 pulverizar Corea del Norte utilizando un arma nuclear y luego culpar del ataque a otro país.
El magnate republicano planteó la idea en reuniones privadas con sus asesores en la Casa Blanca en 2017, su primer año en el cargo, cuando la tensión entre Washington y Pyongyang estaba a su tope, según se detalla en el epílogo del libro del periodista del diario The New York Times Michael Schmidt.
En una sección del libro, titulado “Donald Trump v. the United States”, Schmidt dijo que el entonces jefe del gabinete de Trump, John Kelly, estaba alarmado por la seriedad del presidente en utilizar armas nucleares contra Corea del Norte.
“Lo que asustó a Kelly incluso más que los tuits [amenazantes contra Pyongyang] fue el hecho de que, a puerta cerrada en la Oficina Oval, Trump siguió hablando como si quisiera ir a la guerra. Discutió con despreocupación la idea de usar un arma nuclear contra Corea del Norte, diciendo que, si tomaba tal acción, la Administración podría culpar a alguien más de ello para absolverse de la responsabilidad”, según la nueva sección del libro.
A Trump no le importaban cuántas personas podrían morir
Kelly reunió a los principales líderes militares a la Casa Blanca para que le explicaran a Trump sobre las consecuencias de un conflicto con Corea del Norte. Pero los argumentos sobre cuántas personas podrían morir “no tuvieron impacto en Trump”, escribió Schmidt.
Kelly luego intentó disuadir al entonces mandatario, señalando que un ataque tal tendría muchas repercusiones económicas para el país. Posteriormente, Trump sugirió “lanzar un ataque militar preventivo contra Corea del Norte” y Kelly advirtió que la Casa Blanca necesitaría la aprobación del Congreso para ello, lo que “molestó” a Trump, según el epílogo.
En septiembre de 2017, desde la Asamblea General de las Naciones Unidas, amenazó con “destruir totalmente a Corea del Norte” si el líder del país asiático Kim Jong-un, a quien se refirió como “el hombre cohete”, continuaba con sus amenazas.
Trump, muy conocido por su retórica belicista contra Pyongyang, llevó a ambos países al borde de una guerra con sus tuits y declaraciones provocativas. Un día advirtió que Corea del Norte sería “enfrentada con fuego, furia y poder, como nunca antes se había visto en este mundo”.
No obstante, en 2019 Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en reunirse con su homólogo norcoreano en una cumbre en la Zona Desmilitarizada de Corea.
La Corea del Norte de Kom insistía entonces en que realizaba sus pruebas nucleares y balísticas en base a su “derecho a la autodefensa” ante las “intenciones hostiles” de EE.UU. en su contra, como las maniobras militares conjuntas Washington-Seúl en la península de Corea.